
Por qué la Costa Amalfitana no es el mejor destino si buscás playas
Cuando pensamos en verano en Italia, es fácil imaginar playas amplias para relajarse y disfrutar del verano. Esa imagen de postal que tantas veces vimos en redes sociales o en películas, no siempre se ajusta a la realidad de la Costa Amalfitana.
Este rincón del sur de Italia tiene muchísimo para ofrecer: pueblos encantadores, vistas que quitan el aliento y una gastronomía increíble. Pero si lo que te trae hasta acá son las playas y si tenés en mente pasar días enteros tirado bajo el sol en la arena, es importante que tengas en cuenta un par de detalles antes.
No se discute que la Costa Amalfitana es uno de los lugares más mágicos del mundo. Pero si estás planeando venir con la idea de solo quedarte en las playas, quizás sea mejor que sigas leyendo antes de comprar ese pasaje.
1. Las playas no son de arena: son de piedras
Acá no vas a encontrar arena suave para tirarte a tomar sol, al menos que sean privadas. La mayoría de las playas son de piedritas o directamente rocas. Si sos de los que aman caminar descalzos por la orilla, eso acá no sucederá.
2. Son chiquitas y escasas
A diferencia de otras zonas costeras, acá las playas son bastante pequeñas, muchas veces llenas de gente y con espacio limitado. Algunas apenas tienen unos pocos metros de ancho, y en temporada alta se llenan desde temprano. Por eso, es necesario panificar bien el día playero para evitar estrés y caos.
3. Muchas “playas” de la Costa Amalfitana son plataformas
En varias localidades pero especialmente en Sorrento, los clubes de playa y hoteles instalan plataformas de cemento o madera sobre las rocas, desde donde se accede al mar por escaleras. Alli ponen reposteras y sombrillas unas pegadas a las otras y la gente paga por ese servicio. Es pintoresco, sí. Pero si esperás un paisaje estilo Caribe, podés sentirte un poco decepcionado.
4. Acceso limitado y empinado
¿Querés bajar a la playa? Preparate para una buena dosis de ejercicio. Muchas (no todas) se encuentran al pie de acantilados, y se accede bajando cientos de escalones o caminando por senderos empinados. Esto definitivamente puede complicar los planes de gente que viaje con niños pequeños o personas con movilidad reducida.
5. Precios elevados por poca comodidad
En temporada alta, alquilar una reposera y sombrilla en balnearios privados puede costar hasta más de €40 por persona. ¿Vale la pena? Para muchos, sí. Pero tenés que saber que en general no te dejan elegir el lugar. Si esperás una playa cómoda, amplia y libre, puede que la experiencia no cumpla con tus expectativas.
Igualmente, siempre podés encontrar playas gratis en Sorrento como también en varios pueblitos de la Costa Amalfitana.
Entonces, ¿vale la pena venir a la Costa Amalfitana?
¡Absolutamente sí! Pero tal vez no solo por sus playas. Vení por los paisajes que parecen de película, por los pueblos coloridos entre las montañas, por la comida que enamora, por las actividades que se pueden hacer y por los atardeceres que parecen salidos de un cuadrito.
No hay nada mas hermoso que un tour en vespa por sus callecitas curvas, disfrutar del día en barcos, un almuerzo viendo el mar y mucho más! Tenés que llegar sabiendo que la Costa Amalfitana se vive con los ojos bien abiertos, los pies dispuestos a caminar y las expectativas ajustadas a la realidad.
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